lunes, 27 de agosto de 2007

JELLYFISH ATTACK/ INVASIÓN DE MEDUSAS








En la mitología griega, Medusa (en griego antiguo Μέδουσα Médousa, de μέδω medō, ‘mandar’, ‘reinar’[1]) era un monstruo femenino cuya mirada convertía a la gente en piedra.
De piedra me quedé al leer el viernes pasado en el Helsingin Sanomat una noticia alarmante sobre la medusa americana Mnemiopsis:
Es un hecho su presencia en el Báltico y en mares como el Negro o
Azov ( un mar interior europeo al noreste de la península de Crimea, Ucrania, que se comunica con el Mar Negro por el estrecho de Kerch. En él desembocan los ríos Don y Kuban. La medusa ha provocado la casi extinción de las pesquerías de anchoa y espadín).
La especie
invasora podría tener consecuencias desastrosas para el ecosistema entero en el Báltico, pues consume pescados jóvenes y el plankton.
Juha Flinkman, investigador especial en el instituto de investigación marina finlandés, dice que la llegada de la medusa americana Mnemiopsis , se temía. Encontraron ejemplares en el Báltico el invierno pasado.
Según Flinkman encontraron grandes cantidades a más de 200 metros de profundidad, siendo la densidad de 600 medusas por metro cuadrado, que es casi lo que se midió en el Mar Negro con las terribles consecuencias para el sector pesquero.
Aunque no hay evidencias científicas, el aumento de la temperatura del mar parecer ser que es una de las principales causas de la multiplicación de las medusas.
"De momento sólo hay hipótesis, pero se trata de un fenómeno que se da a nivel global puesto que en los mares hay muchas medusas", explica Francesc Pagès, biólogo investigador del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC).
Por otro lado el oceanógrafo, de 64 años, Jeremy Jackson, quien ha pasado casi toda su vida explorando los mares de todo el mundo, dice que se contabilizan ya 150 zonas muertas en mares y océanos. El nitrógeno y fosfatos, procedentes de la agricultura, son nutrientes que alimentan a las algas y bacterias. Los animales que las comen no dan abasto y las medusas crecen continuamente, hasta que roban todo el oxígeno del agua lo que mata a la mayoría de las especies animales. Así ha ocurrido ya en el Golfo de México, ahora en el Báltico y el Adriático en los que desaparece la pesca y quedan solo algas junto a las medusas.



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