Siempre que llegaba la primavera a Madrid visitaba al médico por causa de una alergia que curiosamente nunca antes la había tenido. El médico me recetaba antihistamínicos y algún inhalador para facilitar la respiración. Algunos días la sensación de ahogo no me permitía respirar con normalidad. Todo esto tiene explicación y quizás una solución como intenta hacer el alcalde de Helsinki.
El alcalde está considerando restringir el uso del tráfico privado en la ciudad cuando la calidad del aire sea baja. Esto ocurre especialmente en invierno, cuando el dióxido de nitrógeno es arrojado por la calefacción de los hogares unido al del trafico rodado, provocando que la capa de aire frío envuelva a la de aire caliente y no deje dispersar estas emisiones de dióxido de nitrógeno. Así las personas con problemas en el corazón, los asmáticos y los niños tienen problemas.
El polvo y el humo de las calles serán tratados especialmente en primavera cuando se unen a las emisiones de los coches el polen y las gramíneas. Entonces las calles serán rociadas con una solución salina para que la humedad en el aire permanezca en las mismas.
El consistorio madrileño podría copiar estas medidas, seguro que muchos vecinos lo agradecerían.
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