Leyendo en el Mundo una noticia sobre la prohibición de regalar las bolsas plásticas en los supermercados de China, me hizo recordar a cuando vine por primera vez a Finlandia en el año 1988. un día que fui al supermercado el cajero no nos daba las bolsas para recoger la compra automáticamente. Tuve que pagar por las bolsas que necesitaba. Esto me chocó y pensé, en aquel momento, lo confieso, que era para recaudar dinero el motivo de cobrarnos por las bolsas de plástico.
La realidad es que suponen una grave amenaza para el medio ambiente. Consideremos los miles de kilos de basura que genera, además de la energía que se necesita para producirlas.
El caso es que ahora China empieza a prohibirlas, quizás por la presión internacional hacia su política medioambiental, y por el gasto económico que ello supone.
En una encuesta reciente realizado por la Universidad de Granada se señalaba que:
"Muchas personas tienden a considerarse ecologistas, pero, sin embargo, a nivel conductual el repertorio de conductas ecológicas que realizan es escaso", añade la investigación.”
Es decir que todos nos creemos ecologistas, pero a la hora de la verdad no lo somos.
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